Poco pensábamos algunos en agosto de 1983, cuando Bilbao, y buena parte de Bizkaia , disfrutaban de un verano festivo, que entre el 26 y el 27 de aquel mes, iban a caer más de 500 litros por metro cuadrado en 24 horas. Todos los que vivimos aquello tenemos grabadas a fuego las imágenes que vimos aquellos días, y el recuerdo de las 34 personas que perdieron la vida sorprendidos por aquello que, antiguamente, se llamaban «aguadutxus».
Bilbao estaba entonces dando el canto del cisne como ciudad industrial. Las riberas de la ría eran ya un rosario de fósiles industriales, un cementerio de ruinas de lo que fue una de las capitales de provincia más pujantes y, por consiguiente, la que más sufría el inevitable fin de ciclo.
Aunque fue Bilbao quien más padeció los efectos del agua, otras poblaciones de Bizkaia, además de algunas guipuzcoanas y alavesas, soportaron las consecuencias de inundaciones y desbordamientos durante aquellas horas terribles.
Hace cuarenta años de aquello y, aunque nada es comparable al dolor de las pérdidas personales, no podemos olvidar que hubo 1200 millones en perdidas materiales. Las imágenes de las calles taponadas por muros de lodo, y las murallas de coches apiñados y arrugados como si fueran papel mojado, han quedado para la historia.
Entre ellos, el MG 1300S que era el orgullo de Bitor Uriarte.
Nos hemos enterado de que, según los expertos, pasarán unos 500 años antes de que se repita una catástrofe como aquella, por lo tanto, ¡zorionak, Bitor Uriarte! Y recuerda que el Grupo Meuri siempre estará a tu disposición para lo que necesites.